• Con motivo del Día Internacional de la Mujer, Salud Mental Castilla-La Mancha se suma a la campaña #SaludMentalFeminista, centrada este año en la salud mental de la mujer en el período perinatal.
• Se estima que un 14% de las mujeres sufre depresión posparto, y su infradiagnóstico es muy elevado (entre un 50 y un 75%).
• El movimiento asociativo de salud mental reivindica redes perinatales interdisciplinares y recursos de prevención y atención especializada.
(TOLEDO, 7 DE MARZO DE 2024)-. Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer, que se celebra este viernes 8 de marzo, la Federación Salud Mental Castilla-La Mancha se ha adherido a la campaña #SaludMentalFeminista, desarrollada por SALUD MENTAL ESPAÑA.
En ella se reivindica una correcta atención a la salud mental perinatal, es decir, a los cuidados necesarios para el bienestar emocional y psicológico de las mujeres durante su período perinatal (concepción, embarazo, parto y posparto). La salud mental perinatal incluye la prevención, cuidado, apoyo, diagnóstico e intervención en las familias durante todo el proceso que rodea al nacimiento, y contempla además la importancia de establecer un vínculo saludable entre la madre, el bebé y la familia.
Y es que, en la actualidad, no existen recursos suficientes ni estrategias de prevención a nivel estatal. Según datos que recoge un informe de Conecta Perinatal, un 7% de las mujeres sufre depresión durante el embarazo, y entre el 11 y el 15%, trastornos de ansiedad. En el posparto, un 14% de las mujeres tiene depresión y un 8% ansiedad. El documento refleja también que existe un elevado infradiagnóstico (entre el 50 y el 75%) de la depresión posparto, por lo que es necesario implementar estrategias que permitan su detección y su prevención.
Tal y como explica Rosa Mª Bayarri, representante de la Junta Directiva de SALUD MENTAL ESPAÑA, “la depresión posparto es la patología más frecuente en la maternidad, pero el estigma y el miedo a las consecuencias llevan a la mujer a ocultar su situación de salud mental. Esto conlleva un infradiagnóstico y hace que no se invierta en los recursos realmente necesarios, como la atención psicológica de progenitores y bebés durante los tres primeros años de vida”.
Soledad, falta de apoyo y desinformación
La soledad y la falta de apoyo a los que se enfrentan muchas madres pueden afectar a su salud mental en momentos especialmente vulnerables, como son el embarazo y el posparto, períodos en los que se puede sufrir un elevado nivel de estrés.
En ocasiones, las mujeres no piden ayuda debido al sentimiento de culpa frente al imperativo social de “tener que” ser feliz en esta etapa y debido también al miedo al estigma y a la dificultad para reconocer que la salud mental se está viendo afectada.
Reivindicaciones
Por todo ello, la Federación Salud Mental Castilla-La Mancha considera que es necesario abordar la salud mental de las mujeres en el periodo perinatal y todo lo relacionado con la maternidad de las mujeres con problemas de salud mental.
Entre las reivindicaciones, se encuentra la puesta en marcha de recursos como las unidades de hospitalización conjunta madre-bebé y recabar datos sobre salud mental materna e impulsar la concienciación social y la visibilización. También sería necesario crear protocolos de seguimiento a nivel estatal de la salud mental materna desde el embarazo, crear espacios en los que las mujeres puedan exponer abiertamente todo lo que les preocupe sobre la maternidad, incluyendo cuestiones de infertilidad, impulsar la detección de los problemas de salud mental materna desde la Atención Primaria, y formación continua de los y las profesionales de Ginecología y Obstetricia en este ámbito. Todo esto evitaría sufrimiento a bebés, madres, padres y familia, permitiría el desarrollo del vínculo madre-bebé, y reduciría riesgo de automedicación con psicofármacos.
La campaña se desarrollará en redes bajo el hashtag #SaludMentalFeminista con la difusión una serie de infografías y vídeos con testimonios, entre los que se incluyen relatos de mujeres pertenecientes a la Red Estatal de Mujeres de SALUD MENTAL ESPAÑA, que han vivido situaciones de desamparo y de soledad respecto a su maternidad. Esta iniciativa cuenta con la colaboración del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030.
El Senado acogió el pasado viernes el encuentro ‘Parlamento de las mujeres con discapacidad: ¡El futuro que queremos!’, organizado por la Fundación CERMI Mujeres y en el que participaron 300 mujeres. En el encuentro se evaluaron los últimos 10 años de conquistas y reivindicaciones de mujeres y niñas con discapacidad, además de definir los retos futuros en la política pública.
En esta cita tuvo un protagonismo muy destacado la coordinadora de Salud Mental Castilla-La Mancha, Montse Vázquez. Ella intervino en representación de la Comisión de la Mujer del CERMI CLM con un discurso en el que repasó los retos de futuro que deben plantearse a nivel político y social para lograr la igualdad de las mujeres y niñas con discapacidad.
Nuestra coordinadora invitó a los presentes a imaginar un futuro en el que las mujeres y niñas con discapacidad “ejerzan sus derechos en igualdad de condiciones que el resto de la ciudadanía y donde no existirán desigualdades ni por discapacidad, ni por género”.
Y es que, tal y como explicó, “las mujeres y niñas con discapacidad se enfrentan en este presente a retos pendientes de resolver, que si no abordamos con contundencia y unidas dificultaran ese futuro que todas deseamos”.
Por ello, instó a la presentes a luchar juntas “contra los desafíos que cercan a las mujeres con discapacidad”, destacando uno por encima de los demás: la invisibilidad a la que históricamente se ha enfrentado este colectivo. Una invisibilidad que, en palabras de nuestra coordinadora, provoca que “hasta el año 2015 no se conocieran los brutales datos de violencia machista ejercida contra mujeres con discapacidad, que no se sepa que son el sector con mayor exclusión de acceso al empleo, que se limite su derecho a elegir su forma de vida o que se vulneren sus derechos sexuales y reproductivos”.
Además, Montse Vázquez enumeró los condicionantes sociales que se suman para ahondar en un mayor riesgo de invisibilidad: “En este presente si a tener una discapacidad y ser mujer, le sumamos vivir en un entorno rural, una edad avanzada o brecha digital…tenemos la tormenta perfecta para dejar en la cuneta a muchas mujeres”.
Nuestra coordinadora finalizó su intervención con el deseo de no dejar de soñar el futuro, “pero desde el compromiso de construirlo en igualdad”.
Los cuidados siguen siendo una cuestión mayoritariamente femenina. Según los datos publicados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, de las 54.796 excedencias que se solicitaron durante el año 2023 por cuidado de hijo/a, menor acogido o familiar, un 84% fueron realizadas por mujeres, siendo el 16% restante por hombres.
El mismo porcentaje se aplica en Castilla-La Mancha para las 2.156 solicitudes que hubo.
Estos datos se asemejan a los del INE, que el año pasado estimó en que las personas inactivas que han dejado su trabajo para atender a niños, adultos enfermos, incapacitados o mayores, son mujeres en un 90%.
Y ese mayor protagonismo de las mujeres en los cuidados redunda en un menor disfrute de su tiempo libre, a pesar de que están más afectadas de media por el desempleo y las jornadas parciales. Según calculó Closingap en un informe anterior, concretamente, las mujeres disponen de 1 hora y 37 menos al día para ellas que los hombres.
El estrés de los cuidadores puede ponerlos en riesgo de presentar alteraciones en su propia salud. Entre los factores que pueden aumentar el estrés de los cuidadores se incluyen:
Cuidar de un cónyuge.
Vivir con la persona que necesita cuidados.
Cuidar de alguien que necesita atención médica constante.
Sentirse solo.
Sentirse indefenso o deprimido.
Tener problemas de dinero.
Pasar muchas horas en las labores de cuidado.
Recibir muy poca orientación por parte de profesionales de atención médica.
No tener elección a la hora de ser cuidador.
No tener buena capacidad para afrontar una situación difícil ni resolver problemas.
Sentir la necesidad de cuidar en todo momento.
Signos de estrés del cuidador
Como cuidador, puedes estar tan centrado en tu ser querido que no veas cómo esta actividad afecta tu propia salud y bienestar. Entre los signos del estrés del cuidador se incluyen:
Sentirse agobiado o preocupado todo el tiempo.
Sentirse cansado a menudo.
Dormir mucho o poco.
Ganar o perder peso.
Enojarse o irritarse con facilidad.
Falta de interés por actividades que antes te gustaban.
Sentirse triste.
Tener dolores de cabeza frecuentes u otros dolores o problemas de salud.
Abuso de alcohol o drogas, incluidos los medicamentos con receta.
Faltar a tus citas médicas.
Demasiado estrés puede perjudicar tu salud a largo plazo. Como cuidador, puedes sentirte deprimido o ansioso. Puede que no duermas lo suficiente o no hagas suficiente actividad física. O puede que no lleves una alimentación equilibrada. Todo ello aumenta el riesgo para enfermedades, como enfermedades cardíacas y diabetes.
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